Texto para la Agenda Comadre con la temática «Amigas»
Me gusta pensar en que todas las decisiones que he tomado, todos los caminos que elegí (y los que descarté) me han llevado a conocer a mis amigas. Y es que con cada una de ellas he nacido. Mis amigas son espejos de quién soy, de mis mejores cualidades, de mis peores defectos, de mis dudas, de mi pasado y de mis sueños. Ellas me han llevado a otras realidades, me han hecho nacer en otros mundos y me han mostrado reflejos de mí misma que ni sospechaba que existían. Esto me lleva a hablar de la autoestima. Durante un tiempo pensé que “mejorar tu autoestima” consistía en sentarse, mirarse al espejo, repetir algunas frases y quererse más. Ahora sospecho que mi autoestima siempre ha sido la misma*, lo que ha ido cambiando ha sido la gente a mi alrededor, los espejos donde me miro, donde me veo reflejada. Los ojos de mis amigas han hecho que me quiera más. Su amor me ha hecho más valiente. Con ellas me siento segura y acompañada. Lo que yo sentencio que son defectos o inseguridades, es transformado por mis amigas en algo bueno y me devuelven una imagen de mí misma a la que no me da vergüenza mirar. Los defectos que considero molestos e insoportables son abrazados por mis amigas y me recuerdan “no te rayes, no pasa nada, te queremos igual, nadie es perfecto”. Y esto último es muy importante, a pesar de todo lo que he dicho anteriormente, no quiero idealizar a mis amigas. Me enfado con ellas, tengo celos y a veces me hacen pasar malos ratos cuando me preocupo por ellas. Pero merece la pena. Merece la pena porque sin ellas no existiría, no habría nacido.
*Nuestro valor siempre es el mismo. No depende de nada. De cómo seas físicamente, de lo que consigas, de las series que ves, de la ropa que usas… Nuestro valor es único, constante, no cuantificable y no necesitado de justificación. El capitalismo y otros males se esfuerzan en hacernos creer lo contrario pero LAS AMIGAS nos recuerdan la verdad una y otra vez.